“Escuchar tanto el clamor de la tierra como el grito de los pobres”. Con esta poderosa invitación del Papa Francisco como telón de fondo, la Pontificia Universidad Javeriana de Cali se convirtió en el epicentro de un diálogo vibrante y esperanzador. En el marco del II Encuentro Interredes de Responsabilidad Social Universitaria (RSU) y Ambiente y Sustentabilidad (RAS) de AUSJAL, se celebró el Seminario Internacional: La Sostenibilidad Socioambiental en Universidades de América Latina.
Más que un evento académico, fue un mosaico de testimonios vivos que demostraron cómo la fe, la ciencia y el compromiso universitario se entrelazan para sanar las heridas de nuestra Casa Común. Cinco universidades de la red jesuita abrieron sus corazones y sus cuadernos de campo para compartir proyectos que están cambiando vidas.
A continuación, un recorrido por estas experiencias que nos recuerdan que la esperanza se construye con acciones concretas.
Arraigados en la Cultura y el Territorio: Proyectos que Sanan Heridas Sociales
Desde las comunidades se tejen las transformaciones más profundas. Esta fue la premisa de dos experiencias centradas en el fortalecimiento del tejido social y la revalorización de la identidad.
- Guatemala – Proyecto “Raíces” (Universidad Rafael Landívar): Doli Karina López nos transportó a las comunidades mayas kaqchikeles cercanas a Antigua. Allí, el proyecto “Raíces” impulsa un turismo regenerativo que va más allá de lo convencional. En lugar de que los comunitarios sirvan a la ciudad turística, el proyecto revitaliza sus saberes ancestrales, como el arte del telar de cintura. Estudiantes de turismo colaboran para crear experiencias vivenciales donde los visitantes aprenden, tejen y cocinan junto a las maestras artesanas y cocineras ancestrales. El resultado: empoderamiento económico para las mujeres, preservación de una cultura milenaria y un modelo de turismo ético que dignifica y celebra el origen.
- México – “Casa Ibero Segundo Montes” (Ibero Puebla): María Guadalupe Chávez presentó este centro comunitario como un faro de esperanza en una zona vulnerable de Puebla. “Casa Ibero” no es un proyecto que llega a imponer, sino que se instala para “compartir el mismo proceso comunitario”. Con líneas de acción claras como la gestión del territorio, la educación para el buen convivir y la economía solidaria, la universidad acompaña a la comunidad en la creación de huertos comunitarios, brigadas de salud, talleres de tejido, cajas de ahorro y programas educativos. Es un ejemplo tangible de cómo la universidad puede ayudar a sanar heridas sociales, construyendo comunidad y acortando las brechas de la desigualdad.
Ciencia con Conciencia: Tecnología al Servicio de los Más Vulnerables
La técnica sin un propósito humano es vacía. La Universidad Católica de Córdoba en Argentina demostró cómo la ingeniería puede ser una poderosa herramienta de justicia social.
- Argentina – Energía para Comunidades Rurales (Universidad Católica de Córdoba): Juan Luis Castañola compartió el impresionante trabajo de llevar luz y agua a parajes rurales aislados. Estudiantes y profesores de ingeniería viajan horas por caminos inhóspitos para instalar paneles fotovoltaicos y termotanques solares en viviendas precarias. Pero el proyecto va más allá de la instalación: es una experiencia formativa profunda. Los estudiantes, muchos de una realidad socioeconómica distinta, no solo aplican sus conocimientos técnicos, sino que conviven con las familias, comprenden otras realidades y se forman como profesionales con “ciencia, conciencia y compromiso”.
La Universidad como Refugio y Motor de Resiliencia
A veces, la crisis golpea de forma inesperada y devastadora. En esos momentos, el verdadero carácter de una institución sale a la luz.
- Brasil – Respuesta a las Inundaciones (Universidad Unisinos): Marcelo Arioli Heck relató la monumental respuesta de Unisinos ante las históricas inundaciones que sumergieron el 96% de los municipios de Rio Grande do Sul. En un proceso inverso, no fue la universidad la que fue a la comunidad, sino que la comunidad encontró refugio en la universidad. El campus se transformó en un centro de acogida para más de 1.500 personas, organizando comidas, atención médica, donativos y apoyo logístico. Esta experiencia forjó vínculos imborrables y demostró que una universidad comprometida es un pilar fundamental para la resiliencia de su territorio. Como bien dijo Marcelo, la pregunta no es levantar más muros, sino aprender a convivir con el entorno.
Multiplicando el Impacto: De la Acción Local a la Red Global
¿Cómo asegurar que estas experiencias no se queden aisladas? ¿Cómo aprender unos de otros para acelerar el cambio?
- México – Plataforma “Sustentaria” (Ibero León): Sandra Xmucané Concha presentó una solución innovadora a este desafío. “Sustentaria” es una plataforma digital diseñada para recopilar y compartir buenas prácticas de sostenibilidad. Nació de la necesidad de trasladar el conocimiento universitario a escuelas primarias y secundarias con menos recursos. Esta herramienta busca crear un gran repertorio de proyectos exitosos, facilitando que otras instituciones puedan replicar ideas y evitando que el valioso conocimiento generado se quede dentro de un mismo círculo. Es una invitación abierta a construir una inteligencia colectiva al servicio de la Casa Común.
Desafíos Comunes y un Futuro de Colaboración
El diálogo final con los ponentes reveló que, a pesar de los éxitos, los desafíos persisten: mantener la motivación de estudiantes y docentes, asegurar que las comunidades se apropien de los procesos, lograr una mayor integración de proyectos dentro de las universidades y, sobre todo, la tarea constante de sensibilizar y concientizar a cada nueva generación.
El seminario fue un recordatorio contundente de que la universidad jesuita no puede ser indiferente. Como guardianes de la Casa Común, estamos llamados a transformar el conocimiento en acción, la esperanza en servicio y la paciencia en un futuro donde toda forma de vida sea respetada. La semilla está sembrada.





 
			