En un encuentro que combinó la celebración histórica con una profunda reflexión personal, la Comisión de Cultura de AUSJAL reunió a cerca de 200 miembros de sus comunidades universitarias en el workshop virtual “Viviendo los principios Ignacianos en nuestra labor universitaria”. El evento no fue solo una conferencia, sino un espacio de diálogo diseñado para “conectar con esta esencia” y encontrar “nuevas formas de vivir nuestra identidad jesuita en la vida cotidiana”.
La sesión se enmarcó en la celebración de los 40 años de la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL), un hito que impregnó de sentido histórico el diálogo. El objetivo era claro: ir más allá de la teoría y sumergirse en los pilares que dan “un sentido profundo a nuestra labor”: formar personas conscientes, competentes, compasivas y comprometidas.
Un Encuentro para Celebrar la Historia y la Misión
El Dr. Francisco Urrutia, Secretario Ejecutivo de AUSJAL, dio la bienvenida a los participantes, contextualizando la importancia del encuentro. Recordó que la red, que hoy coordina 19 redes y grupos con 29 universidades en 13 países, celebra 40 años de historia.
Urrutia dedicó una parte especial de su intervención a agradecer la “generosidad” del Padre Luis Ugalde, SJ, cuya biografía está intrínsecamente ligada a la de AUSJAL. “Hoy tenemos una asociación (…) que promueve la colaboración, la solidaridad y contribuye a la misión, identidad, desarrollo y compromiso de cada una, en buena parte gracias al impulso del padre Ugalde y sus equipos que desde la UCAB impulsaron la presidencia de Aushal”, señaló.
La Metodología: El Diálogo como Prioridad
El workshop fue diseñado como una continuación de un conversatorio previo realizado en abril. En esta segunda sesión, el enfoque se trasladó del concepto a la vivencia. Natalia Zárate, de la comisión organizadora, explicó que el objetivo principal era que los participantes dialogaran y compartieran entre universidades y países.
Los más de 180 asistentes fueron divididos en grupos de ocho personas (ajustados de los cinco planeados originalmente por razones técnicas). Cada grupo se enfocó en profundizar sobre una de las cuatro C, asegurando un diálogo enfocado.
El Sello Ignaciano: Más Allá de la Memoria
El Padre Luis Ugalde, SJ, Rector de la UCAB (1990-2010) y Presidente de AUSJAL (1998-2008), ofreció la reflexión central. Con su característica claridad pedagógica, explicó por qué las 4C, popularizadas por el Padre Kolvenbach, son tan poderosas.
Argumentó que, frente a una “lista increíble” de principios difíciles de memorizar, las 4C son “fácil de retener” y permiten “activar el sentido común”. Sirven para todos los niveles educativos, desde primaria hasta la universidad.
Su punto más incisivo fue la “lectura a la inversa”: “Entendemos mucho más claramente la tragedia que sería una universidad que forma gente con ese ‘no’: inconscientes, incompetentes, no compasivos, sino egoístas y no comprometidos”.
Para el P. Ugalde, las 4C no son para “aprender de memoria”, sino que “dan entrada a una creatividad en la formación” para que se conviertan en un verdadero “sello de la formación Ignaciana”.
Voces de la Red: El Eco de las 4C
La riqueza del diálogo grupal se hizo evidente en la sesión plenaria, donde varios participantes (casualmente, una nutrida representación de Guatemala) compartieron las conclusiones de sus grupos.
- Compromiso: Juan Daniel de León (U. Rafael Landívar, Guatemala) lo definió como “más que cumplir una obligación laboral”, es “una vocación, implica ponerle corazón a nuestra labor (…) para llegar a ese magis“. Las herramientas clave para lograrlo son “el discernimiento” y “el hacer ese examen diario”. La forma de inspirar a otros es una: “con el ejemplo, es con el testimonio”. 
- Conciencia: Werner López (U. Rafael Landívar, Guatemala) la describió como “vivir atentos a la presencia de Dios” y al hecho de que “nuestras acciones tienen un reflejo en el otro”. Señaló una vulnerabilidad clave: “sí estamos atentos, pero no siempre. A veces en el día a día nos perdemos”. 
- Competencia: Cristina Salazar (Guatemala) hizo una distinción crucial: “competente para nosotros no es competitividad”. Es “tener los conocimientos técnicos y habilidades suficientes para ponerlos al servicio de los demás”, trabajando desde la “complementariedad” y “en red”. 
- Compasión: Andy (Guatemala) la vinculó a “comprender la mirada de Jesús con misericordia”, explicando que “pasa por el corazón, sentir al otro sin juzgar”. Resaltó que “no se busca la efectividad, sino la afectividad”, en un ambiente de “hospitalidad ignaciana” y cuidando la cura personalis (estar bien consigo mismo para poder darse a los demás). 
El Cierre: Nace la “Quinta C” de la Coherencia
Visiblemente “emocionado”, el Padre Luis Ugalde cerró el workshop felicitando a los participantes por la “comunicación entre tantas universidades distintas”. Describió la red como “vasos comunicantes gratuitos” donde “yo tengo luz verde para apropiarme (…) e imitar” las buenas prácticas de otros.
Retomando la intervención de Werner López sobre la coherencia, el P. Ugalde ofreció la gran conclusión del día: “Me agradó mucho que varios de ustedes insistieron en algo: la palabra coherencia entre las cuatro C. Bueno, pues la quinta podría ser la coherencia”.
Recordó que el Padre General Arturo Sosa también había hecho esa misma acotación. Esta “Quinta C”, afirmó, es vital “que no sea un cartel publicitario, sino que la gente diga, ‘Mira, en esa universidad se nota y el egresado se nota el sello de las cuatro C'”.
Concluyó con una poderosa metáfora, describiendo a las universidades de AUSJAL, que suman unos 250,000 estudiantes, como “una levadura, y la levadura fermenta”.
El encuentro finalizó con la promesa de compartir materiales de profundización —incluyendo un documento de Guatemala sobre la “quinta C” de la coherencia— y una foto grupal que capturó la alegría de una red viva y comprometida.





 
			