En un diálogo franco y profundo con los representantes de la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL) el 3 de julio de 2025, en el marco de la Asamblea 2025 de la Asociación Internacional de Universidades Jesuitas (IAJU), celebrada en Bogotá (Colombia), el Padre General Arturo Sosa S.J. instó a las instituciones a abrazar una “solidaridad diaria” como clave para su sostenibilidad y misión. La conversación reveló los complejos desafíos que enfrentan las universidades en sus contextos locales y reafirmó el trabajo en red como la respuesta más efectiva para generar un impacto real.
Voces desde los territorios: entre la desesperanza y la acción
Los representantes de las distintas universidades latinoamericanas expusieron una serie de desafíos y propuestas concretas. Desde la la Universidad Iberoamericana Torreón, se describió una realidad marcada por la inseguridad, la falta de agua, el extractivismo y una palpable desesperanza, planteando la necesidad de ser “universidades ellacurianas” que sean testimonio de esperanza en sus territorios. Arturo Peraza de la Universidad Católica Andrés Bello, en Venezuela, subrayó cómo el trabajo en red otorga más fuerza para hacer frente a las presiones de los gobiernos locales, permitiendo “poner la investigación y la incidencia política a jugar” de manera conjunta.
Las propuestas de colaboración fueron un tema central. Se planteó la creación de comunidades de aprendizaje para compartir mejores prácticas en justicia socioambiental , la compilación de un documento sobre prácticas no democráticas desde la Task Force de Democracia y el desarrollo de megaproyectos con Inteligencia Artificial en temas como cambio climático y alimentación sustentable por parte de la Ibero Ciudad de México.
Un punto crítico fue la necesidad de que la experiencia global de la Asociación Internacional de Universidades Jesuitas (Iaju) llegue a los estudiantes, quienes a menudo no sienten que son parte de esta red global. Asimismo, se destacó la urgencia de prestar una atención “mucho más delicada” a las comunidades indígenas, que cuidan el 70% de la masa forestal del planeta pero carecen de apoyo legal, un área donde las universidades jesuitas podrían hacer mucho más.
La respuesta del Padre General: fragilidad, universalidad y la mirada en África
En su respuesta, el Padre General se mostró en “mucha sintonía” con los temas planteados y ofreció una visión estratégica para el futuro del apostolado universitario.
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Sostenibilidad a través de la solidaridad: El P. General fue enfático al afirmar que la viabilidad de las universidades no puede resolverse de manera aislada. “Si la Universidad no funciona, nada puede ofrecer”, comenzó, para luego añadir: “no tenemos que resolver nuestros problemas y luego colaborar. La sustentabilidad diaria debe ser solidaria”. Este llamado a la colaboración es fundamental para la identidad de las universidades jesuitas.
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Formar a los formadores para llegar a los estudiantes: Reconociendo el reto de que los estudiantes experimenten la red global, propuso una prioridad clave: formar a los equipos de profesores, directivos y personal, quienes por su permanencia en la institución pueden transmitir esa identidad. “Un estudiante que pasa por una universidad de la SJ y no se sienta que ha participado en algo más grande, es clave”.
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Universalidad no es solo internacionalización: Trazó una distinción crucial. “Internacional es McDonald’s. Universal es la mirada capaz, como se ve en la experiencia de la IAJU. Es diversidad entendida como riqueza primaria”. Es esta perspectiva la que debe combatir los “nacionalismos, uno de los cánceres de la democracia”.
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La fortaleza de la fragilidad: El P. General introdujo la idea de que la conciencia de la propia fragilidad abre puertas. “Cuando algo es sólido es inflexible. Cuando es frágil es más flexible, y pide ayuda, está más propenso a la solidaridad”.
Finalmente, hizo un llamado concreto a poner a África en “un puesto muy importante” en la mente de todos. Señaló que el continente padece gravemente el deterioro ecológico y que la experiencia de AUSJAL puede ser un apoyo fundamental para el desarrollo del apostolado universitario africano, una iniciativa que la Red Kircher ya planea impulsar